EPOCA PREHISPÁNICA

09.08.2012 11:09

La educación en la familia, el trabajo, la religión y la guerra, de acuerdo con algunas evidencias, tuvo características comunes en las culturas mesoamericanas durante la época prehispánicas. Tal es el caso de los templos-escuelas, e instituciones encargadas de transmitir a los niños y jóvenes, bajo una rígida disciplina, de conocimientos religiosos y militares.

Educación espontánea.

 

El proceso educativo en la sociedad prehispánica era simple y natural, se iniciaba con la crianza maternal, que duraba cuatro años hasta que el niño sabía caminar y comunicarse oralmente; se era adulto en plena pubertad. La educación estaba formada por juegos infantiles, la ayuda de los mayores en las tareas de aprendizaje, especialmente de los ritos religiosos y su epílogo es el entrenamiento superior que finaliza a los doce años de edad. La educación se reduce a un conjunto de aprendizajes supervisados informalmente por los mayores, que se reducen a la destreza manual y la capacidad física, para satisfacer las necesidades básicas, las cuales están encaminadas a mantener la supervivencia del colectivo.

 

Otra de las características de la educación era con la lectura de la “palabra de los ancianos” o “antigua palabra” (huehuetlatolli) se conocían los consejos que éstos daban a los niños y jóvenes, de esa forma se transmitían los valores que los antiguos mexicanos deseaban inculcar a sus descendientes.

El conocimiento técnico era abundante ya que se aprendía haciendo las cosas y practicando una y otra vez, como el cultivo, la pesca, la defensa, la construcción de instrumentos, entro otros. Parte de la cultura estaba los bailes, los cantos como expresión del arte así como también se expresaban en dibujos.

Educación tradicionalista

 

El prototipo de hombre de la época prehispánica estaba representado por cazadores expertos y hombres guerreros. La educación de la época eran realizadas por un conjunto de aprendizajes supervisados por los mayores, expertos en la caza y en la guerra; incluyendo los sacrificios, humanos y de animales, eran parte integrante de la religión. Para los guerreros el honor máximo consistía en caer en la batalla u ofrecerse como voluntarios para el sacrificio en las ceremonias importantes. La educación era muy estricta y se impartía desde los primeros años. A las mujeres se les exhortaba a que fueran discretas y recatadas en sus modales y en el vestir y se les enseñaban todas las modalidades de los quehaceres domésticos que, además de moler y preparar los alimentos, consistían en descarozar el algodón, hilar, tejer y confeccionar la ropa de la familia. A los hombres se les inculcaba la vocación guerrera. Desde pequeños se les formaba para que fueran fuertes, de modo que los bañaban con agua fría, los abrigaban con ropa ligera y dormían en el suelo; se procuraba fortalecer el carácter de los niños mediante castigos severos y el fomento de los valores primordiales como amor a la verdad, la justicia y el deber, respeto a los padres y a los ancianos, rechazo a la mentira y al libertinaje, misericordia con los pobres y los desvalidos. Los jóvenes aprendían música, bailes y cantos, además de religión, historia, matemáticas, interpretación de los códigos, artes, escritura y conocimiento del calendario, entre otras disciplinas.

 


INSTITUCIONES EDUCATIVAS MEXICANAS

El hogar.

Las familias de Tenochtitlan consideraban a sus hijos como una dádiva de los dioses; los hijos darían continuidad al linaje, colaborarían en las actividades productivas de la familia y aprenderían a respetar a sus mayores y a venerar a las deidades. Algún día celebrarían su matrimonio, conformando así un nuevo pilar en la organización social del calpulli (barrio).

 

Era muy importante que al interior de la familia los niños aprendieran que en la generación del universo, llevada a cabo por los dioses supremos, las energías masculina y femenina se habían unido para dar fuerza a la creación de la vida. Por ello las mujeres educaban a las hijas, mientras que los varones instruían a los hijos; de esa manera, durante todo el proceso de educación informal que se llevaba en la familia, niños y niñas aprendían las conductas adecuadas y diferentes para cada sexo. En efecto, podría decirse que en la educación se combinaban los discursos solemnes y las muestras de amor y cariño de padres a hijos, con castigos y reprimendas sumamente rigurosos. De los tres o cuatro años en adelante, los infantes debían ejecutar tareas sencillas con gran comedimiento y obediencia; conforme pasaban los años el trabajo se hacía más complejo y las labores más pesadas; así aprendían, los niños, los oficios del padre, mientras que las jovencitas, todas las labores domésticas: asear la casa, preparar los alimentos, hilar las prendas de vestir de la familia, etcétera.

 

Al cumplir los quince años, los varones adolescentes eran obligatoriamente enviados por sus padres al Calmécac o al Telpochcalli, mientras que las jovencitas continuaban instruyéndose en casa, junto a sus madres, en las labores domesticas que las capacitarían cuando llegara el momento, para ser buenas esposas.

El mundo mexica se caracterizaba por el cuidado que ponían los gobernantes en el buen funcionamiento de su sistema educativo. Las escuelas de Tenochtitlan atendían a los jóvenes de acuerdo con su extracción social: los hijos de los nobles acudían al Calmécac, institución que se hallaba dentro del recinto ceremonial, mientras que los vástagos de los demás pobladores asistían a las escuelas de jóvenes, llamadas Tepochcallis, que había en cada barrio.

 

El tepochcalli.

El tepochcalli estaba destinado a los hijos de las familias comunes y corrientes y existía uno en cada barrio calpulli. Ahí se enseñaba la historia, los mitos, la religión y los cantos ceremoniales de los aztecas. Los varones recibían un intenso entrenamiento militar y aprendían cuestiones relacionadas con la agricultura y los oficios. Las mujeres se educaban para formar una familia y en las artes y los oficios que ayudarían al bienestar de su futuro hogar. 

La vida en el Telpochcalli era dura, ya no había dulces palabras; las órdenes eran ahora más estrictas y desde la madrugada comenzaban las extenuantes actividades. Todo iniciaba con un helado baño en la laguna, seguido de una comida frugal y muy controlada. Los jóvenes debían realizar numerosos encargos, entre los que se encontraba el cultivo de las tierras de la escuela; recibían rudimentos de cultura y especialmente se buscaba su resistencia al dolor mediante prácticas de auto sacrificio; muy importante era el aprendizaje del uso de armas como el átlatl, el arco y la flecha y el ma-uáhuitl, la curiosa espada de madera con filos de obsidiana. Si los jóvenes se distinguían por su habilidad y valor en las guerras de conquista, algún día podrían llegar a ser ciudadanos distinguidos a quienes se premiaba y rendían honores, y entonces podrían abandonar la rudeza del trabajo agrícola...

 

El calmecac

En el calmecac era donde recibían educación los hijos de la nobleza o pipiltin,. Los jóvenes aprendían los relatos históricos contenidos en los ámatl, o libros pintados (hoy conocidos como códices), que eran leídos en interminables discursos por los viejos sacerdotes. Algunos jóvenes con habilidad para la pintura, en su momento serían tlacuilos y se encargarían de registrar la historia en dichos libros utilizando la complicada escritura pictográfica. Los hijos de los sacerdotes seguirían los pasos de sus padres, aprendiendo los relatos mitológicos y el complejo funcionamiento del ceremonial que se llevaba a efecto en los diversos templos y santuarios.

 

Todos los alumnos del Calmécac debían dominar los giros literarios más elegantes de su lengua, el náhuatl, y conocer las grandes creaciones poéticas de los antiguos bardos, así como saber declamar con donaire y distinción. Aprenderían además el difícil manejo de la administración pública y en el futuro serían maestros, jueces e inclusive gobernadores, para lo cual deberían conocer los códigos legales que regulaban la vida en comunidad.

Cuicacalli.

En la sociedad mexica la formación musical de los jóvenes se impartía de manera específica en los cuicacalli, como lo menciona Diego Durán: “En todas las ciudades había junto a los templos unas casas grandes donde residían maestros que enseñaban a cantar y a bailar, a las cuales casas llamaban cuicacalli, que quiere decir casa de canto, donde no había otro ejercicio sino enseñar a cantar, a bailar y a tañer a mozas y mozos…”

 

Se sabe que la danza, la música y la poesía estaban intrínsecamente relacionadas con las fiestas mexicas según fuentes dadas por Motolia, se caracterizaban dos formas principales de danzas, el Macehualiztli (accion de merecer), danza de carácter religioso acompañada de cantos solemnes y grave reservado para la fiesta de los dioses y para las celebraciones de las victorias guerreras con el fin de dar gracias a los dioses. El netotiliztli (acción de bailar), danza acompañada de cantos para festejar victorias o la entronización de un nuevo señor, para la realización de bodas, u otras proezas o novedades; estas danzas solían realizarse en las plazas de las ciudades, patio principal del palacio o incluyendo en la sala principal de la vivienda y podía reunir mas de mil bailarines.

Duran incluye otros tipos de bailes y danzas de los cuicacalli: “Una hora antes de la puesta del sol, cada tarde, algunas personas mayores de ambos sexos…, designadas a este oficio en cada bario de la ciudad, reúnen, a los muchachos y muchachas, y los acompañan al cuicacalli, para aprender a tocar música, a cantar guardando el compás y ha bailar siguiendo el ritmo… Respecto a los guardianes deben asegurarse que los jóvenes van y vienen directamente de su domicilio”. Para estos tipos de eventos no se toleraban ninguna deshonestidad, una vez que todos los jóvenes han llegado, se agrupaban en el patio central  donde los profesores de música y canto les enseñaban lecciones hasta la noche bastante avanzada. Estas clases para muchos jóvenes era una ocasión para los encuentros amorosos en donde se frecuentaban esperando el tiempo indicado para el casamiento.

Duran describe varios aspectos de las actividades realizadas en el cuicacalli. Las cuales se mencionan algunas de ellas:

Las danzas graves y lentas eran, para las ocasiones solemnes.

Las danzas de placer, cuyos cantos son de tonalidad mas aguda. Se trata de cantos de amor “bailes mancebos.”

Los cuecuechcuicatl, son danzas deshonestas, en donde participan hombres y mujeres; u hombres vestidos de mujeres.

 

La danza de Xochiquetzal, danza ritual en la que los jóvenes, ce transforman en dioses o animales.

La danza burlesca o danza “de los viejos”, los bailarines llevan mascaras de ancianos y rostros deformados.

Danza alegre, los hombres y mujeres, bien vestidos le hacen ritual en honor a los dioses.

Además el cuicacalli durante el día antes de la llegada de jóvenes, hay otro tipo de reunión; los guerreros que han obtenido cierta gloria, llegan para bailar con las ahuiani (cantoras o rameras), estos podían tener relaciones con estas mujeres a la vista de todos.